martes, 5 de febrero de 2008

Una fuente de calor y otra de frío

En el interior de un invernadero puede haber una diferencia de hasta 20 ºC entre la temperatura exterior y la interior en las épocas de invierno y verano, ya que en primavera y otoño la temperatura será casi la misma por el día pero puede tener grandes variaciones por la noche. He comprobado que si en el exterior la temperatura baja en invierno hasta - 5 ºC, la interior rondará los 10 ºC, la cual es demasiado baja para las plantas.
En verano con 50 ºC al sol en el exterior, la temperatura interior es alrededor de 35 ºC, la cual es demasiado alta para las plantas.
Abrir las ventanas en verano para que entre aire no funciona porque sólo puedes abrir ventanas del mismo lado del invernadero, ya que si las abres opuestas se generan corrientes de aire que son perjudiciales para las plantas, y en el mejor de los casos la temperatura baja uno o dos grados.
Poner cortinas o persianas como ya he dicho en el punto 5), no es suficiente.
Abrir la puerta de acceso al invernadero, si éste está en la terraza de casa, puede ser una solución en invierno para que así entre el calor de la casa pero tienes que estar pendiente de que nadie te la cierre cuando tú no estés y además por las noches la calefacción se apaga, que es precisamente cuando más frió hace. Por tanto, no es suficiente.
La solución mas segura es poner una máquina de aire acondicionado con bomba de calor y si no nos importa gastarnos el dinero por mucho que sea, lo mejor de todo es un climatizador. Con el primero tenemos que estar pendiente de si ahora hace calor para poner el aire frío y que baje la temperatura, o de si hace frío y hay que poner la bomba de calor para que suba la temperatura. Con la segunda sólo tenemos que indicarle la temperatura que queremos y la máquina se encarga de todo.
Tanto si elegimos un sistema como el otro, nos dará aire fresco en verano y calor en invierno. Al ser una máquina independiente del resto de la casa puede encenderse y apagarse según las necesidades de temperatura que tengamos. No es que ninguna de las dos sea una solución barata, pero si la terraza es pequeña la máquina también lo será y desde luego es una solución segura. Yo así lo he hecho y he conseguido en pleno verano, con 50 ºC al sol que el termómetro no baje de 18 ºC y no suba de 25ºC. Hay que poner la máquina al mínimo y tener cuidado de que el chorro de aire frío no incida directamente sobre las plantas, es mejor que apunte hacia el techo. Sé que hay quien piensa que el aire acondicionado deshumidifica el ambiente, lo vuelve seco, pero mi experiencia es que lo mantiene con una HR del 60 ó 70 % y esto es suficiente. Si no fuera así las plantas empezarían a quemarse por los bordes y esto sólo lo he notado en contados casos.
En invierno se produce un problema añadido y es que al tener la calefacción puesta durante toda la noche con el termostato a 20 ºC, para no gastar energía innecesariamente, se produce sobre las ventanas una condensación de agua, ya que donde vivo en el exterior las noches son bastante frías en primavera, otoño e invierno. Esta condensación crea un problema serio de humedad en todo el invernadero, he llegado a medir una humedad relativa de hasta el 90 % en muchas ocasiones. Aunque a las plantas les viene bien, sin embargo a la casa no, por eso conviene abrir en las horas centrales del día una ventana para que se ventile, si hace demasiado frío es preferible abrir la puerta que comunica la casa con la terraza y de esta manera también conseguimos ventilación. Creo que la marca de HR adecuada para que las plantas estén bien y no nos riñan en casa es del 60 ó 70 %.

Un concepto interesante: La Sensación Térmica.
Es la temperatura que realmente sentimos en nuestro cuerpo las personas, animales o plantas, puede ser igual que la que marque el termómetro, pero puede ocurrir que no sea así. Como si fuera una temperatura relativa, y la que marca el termómetro fuera absoluta.
Un ejemplo: Una persona pasea por una casa que consta de diferentes habitaciones, en todas la temperatura es la misma, pero una habitación tiene una ventana abierta, en otra el ambiente es muy seco, en otra muy húmedo. Su cuerpo le indicará a su cerebro que las temperaturas son distintas en cada habitación, aunque no sea verdad.
A nosotros nos interesa esta temperatura relativa, mas que la absoluta, porque es la que van a disfrutar o padecer nuestras plantas.
Hay tres factores que necesitamos saber para poder calcular la sensación térmica:
a) La temperatura que marca el termómetro.
b) La humedad relativa. Si la humedad relativa es alta, nuestro cuerpo no puede expulsar el sudor de la manera adecuada y esto nos produce sensación de que la temperatura es superior. Si la humedad relativa es baja, el ambiente está seco y nuestro cuerpo expulsa el sudor con gran facilidad, esto hace que nos parezca que la temperatura es inferior.
c) La velocidad del viento. Si no hace viento, nos parece que la temperatura es la que marca el termómetro. Pero si hace viento, éste se lleva la fina capa de aire caliente que rodea nuestro cuerpo, con lo cual tenemos que volver a restituirla y eso nos produce una pérdida de calor y la sensación de que hace más frío del que realmente marca el termómetro.
Lo que viene a continuación son datos obtenidos para los seres humanos, no estoy seguro de que sean exactos para las plantas, pero supongo que serán bastante aproximados.

Cálculo de la Sensación Térmica:
El procedimiento para calcular la sensación térmica requiere una tabla creada por R. G. Stedman con dos partes:
Parte A. Sensación térmica.
Parte B. Corrección de la Sensación térmica por la influencia del viento.

Parte A. Sensación térmica:
Interceptamos la fila de la temperatura con la columna de la humedad relativa, el valor obtenido en ese punto es el de la sensación térmica.
Por ejemplo: Si nuestra estación meteorológica nos dice que tenemos una temperatura de 20 ºC y una humedad relativa del 80 %, la temperatura real de nuestro invernadero es de 21 ºC.
Es decir si queremos subir la temperatura un grado, no es estrictamente necesario poner la calefacción, podemos conseguir el mismo resultado pulverizando con agua el invernadero y de esta forma hacemos que suba la humedad relativa.

Parte B. Corrección de la Sensación térmica por la influencia del viento:
Una vez obtenida la sensación térmica de la parte A de la tabla, seguimos por la misma fila hasta interceptar la columna de la velocidad del viento que hemos medido. En ese punto nos encontramos con un número de grados de temperatura que tenemos que restar, el resultado será la Sensación Térmica Real que van a sentir nuestras plantas.
En el ejemplo anterior, si tenemos una ventana abierta por la que entra una corriente de aire a 40 Km./hora, a los 21 ºC tenemos que restarle 4 ºC, por lo que la Sensación Térmica Real que sentirían nuestra plantas es de 17 ºC.

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